Leer libros para “jóvenes adultos” siendo adulto y no tan joven, a pesar de que a veces cuento con mentalidad adolescente, puede resultar interesante. El libro “The Spectacular Now” de Tim Tharp trata sobre Sutter Keely, un adolescente con la filosofía de apreciar el ahora. Entramos a la vida de Sutter en su último año de preparatoria cuando está terminando con su novia actual. Poco tiempo después conoce a Aimee, una joven que deja que otros se aprovechen de ella. Él decide ayudarla a ganar confianza en sí misma, empieza a salir con ella y eventualmente se enamoran.
Algunas reseñas de adolescentes que vi (vlogs) recomiendan el libro por la filosofía del personaje principal o la relación amorosa entre Sutter y Aimee, otros hasta lo califican de existencialista. El contraste fue ver la reseña de un adulto, que erróneamente busca en la literatura lecciones de moralidad, quien descalificó el libro diciendo que no es un buen ejemplo para sus lectores ya que el target son los adolescentes. La razón que da es que el protagonista bebe whiskey con 7Up mientras maneja, platica, va de fiesta, trabaja, sin “consecuencias tangibles” para él. También menciona que el libro promueve la bebida entre los adolescentes por que Sutter Keely idealiza la idea de beber continuamente.
La genialidad de este libro es que justamente no es moralista, ni condescendiente con sus lectores, y tampco trata de dar una lección. La historia es narrada desde el punto de vista de Sutter, quien claramente disfruta beber por que para él todo se ve y se siente mejor después de un trago de whiskey con 7Up. El único inconveniente para mí fue el lenguaje, ya que la manera de hablar de los adolescentes a veces es algo limitada, pero esto también lo vuelve atractivo para su target. Lo interesante al leerlo como adulto es que puedes ver más allá de la ideología del infame “yolo” o vivir el momento que profesa Sutter. Gracias a que todo es descrito desde su perspectiva presencias su lenta caída a un espiral de autodestrucción, disimulado entre fiestas y buenos momentos.
El personaje es encantador, gracioso y un narrador poco confiable con el que simpatizas, a pesar de que quieres creerle sabes que está mintiendo y lo más triste es que ni él lo sabe. Sus monólogos internos son un autoengaño que repite para evitar la realidad. El clímax de la historia es cuando Sutter se reúne con su padre que no ha visto en años, a quien idealizó desde el divorcio. Su fantasía es destruida cuando se encuentra con un tipo que no se asemeja a la persona divertida y cariñosa que él recordaba. Se encuentra con alguien que abandonó a su familia y que tiene una filosofía parecida a la de Sutter de vivir en el ahora. El cambio en el personaje es notable cuando Aimee trata de consolarlo pero él piensa, “I’m not in the mood for feel-good bullshit. This is an abnormally dark stage in the life of the buzz. Darker than dark, like God has forsaken his very own drunken boy!”. Esto lleva a una discusión con Aimee en la que ella casi es atropellada. En ese momento él se da cuenta que en realidad la ama y por lo tanto, la tiene que dejar ir.
Finalmente, ella se va a la universidad en otra ciudad con la esperanza de que Sutter la alcance eventualmente. Pero él no tiene la intención de seguirla. En busca de validación entra a un bar a contar su historia, los asistentes alzan sus vasos y apoyan la decisión de Sutter, incluso lo llaman héroe. Al salir del bar, Sutter tiene un monólogo interno sorprendentemente triste en el que se despide de las personas de su vida. Termina así: “Goodbye. Goodbye. I can’t feel you anymore. The night is almost too beautifully pure for my soul to contain. I walk with my arms spread open under the big fat moon. Heroic weeds rise up from the cracks in the sidewalk, and the colored lights of the Hawaiian Breeze ignite the broken glass in the gutter. Goodbye, I say, goodbye, as I disappear little by little into the middle of the middle of my own spectacular now.”
El final es tan desesperanzador para el protagonista ya que ha aceptado que no puede vivir de otra manera. Su despedida se asemeja a una carta suicida por que sabe que no hay nada más para él. Sutter Keely es el adolescente que siempre es el alma de la fiesta pero que se desliza frente a todos, sin que nadie lo note, en las grietas de la realidad para perderse por completo. Por eso el libro cierra tan bien, justo cuando esperas un rayo de esperanza y ver un cambio sustancial en el personaje, Sutter continua siendo Sutter. Por que en la vida real cuando los problemas son tan graves, como la baja autoestima y el alcoholismo, no hay un final feliz.
El libro fue adaptado a la pantalla grande en el 2013. La gran diferencia entre el libro y la película es el tono, por lo tanto los problemas no están tan acentuados y el final incluso es esperanzador para los personajes. Es entendible que los realizadores quisiesen hacer algo más digerible para su joven audiencia o probablemente no estaban satisfechos con el final del libro y trataron de darle una conclusión más agradable. En mi opinión, el libro es superior a la película por que no todo lo que vemos y leemos tiene que hacernos sentir bien, a veces simplemente tiene que despertarnos.