“He was going to live forever, or die in the attempt.”
“Catch-22” de Joseph Heller es una novela satírica situada en la isla ficticia Pianosa cerca de Italia durante la Segunda Guerra Mundial. Harper Lee, autora de “To Kill a Mockingbird”, comenta sobre el libro “Catch-22 is the only war novel I’ve read that makes any sense”. Su título ha pasado a los diccionarios como una frase común para denotar una lógica burocrática que no tiene salida. Aquí el razonamiento de Catch-22 en la novela:
“There was only one catch and that was Catch-22, which specified that a concern for one’s own safety in the face of dangers that were real and immediate was the process of a rational mind. Orr was crazy and he could be grounded. All he had to do was ask; and as soon as he did, he would no longer be crazy and would have to fly more missions. Orr would be crazy to fly more missions and sane if he didn’t, but if he was sane he had to fly them. If he flew them he was crazy and didn’t have to; but if he didn’t want to he was sane and had to. Yossarian was moved very deeply by the absolute simplicity of this clause of Catch-22 and let out a respectful whistle.”
La historia se centra alrededor de Yossarian, quien se queja de la incomprensible idea de que desconocidas tratan de matarlo. Aunque le aseguran que el enemigo trata de matar a todos, él no ve la diferencia por que aún le están disparando a él. Su batallón tiene un límite de misiones que al terminarlas los soldados pueden regresar a casa, pero cada vez que alguien se acerca al límite suben el número. A lo largo de la novela, lo único que impulsa a Yossarian es seguir con vida.
Lo impactante de “Catch-22” es que provoca hilaridad por la aplastante burocracia que reina en el batallón y los horrores de la guerra. Nunca se ha planteado la inutilidad de ambos temas de forma tan detallada y el resultado sólo puede ser gracioso. “Morale was deteriorating and it was all Yossarian’s fault. The country was in peril; he was jeopardizing his traditional rights of freedom and independence by daring to exercise them.“
Otro ejemplo de las situaciones incomprensibles de la guerra se da con el personaje de Milo Minderbinder quien se dedica a hacer negocios para conseguirle a su batallón comida y otros artículos. Pero los hace tanto con los aliados como con el enemigo. De hecho, los alemanes le pagaron por bombardear a su propio batallón y no es reprendido por su importancia dentro del sistema. Es el capitalista que convierte la situación bélica en un negocio. Incluso convence al Coronel Cathcart de que sus compañeros vuelen sus misiones porque deberían hacer algo por él después de lo mucho que él hace por ellos. No le parece justo que ellos se lleven toda gloria y medallas sólo porque él no puede arriesgar su vida por que es indispensable.
“Catch-22” es una obra maestra acerca de la horrorizante e inexplicable condición humana, como dijo el mismo Heller, “Mankind is resilient: the atrocities that horrified us a week ago become acceptable tomorrow.“