Honestamente los libros de “autoayuda” no son de mi gusto. Aún considero peores los que intentan hacerse pasar por ficción pero que en cada página tratan de imponer una lección (te hablo a ti Paulo Coelho). Hay otros que descaradamente venden el “secreto al éxito” para las mentes ingenuas. Pero tampoco se trata de mantenerte cerrado por que siempre podemos aprender algo nuevo. Aunque el método no sea un –paso a paso–.
El libro “The Happiness Project” de Gretchen Rubin es la crónica de la autora de su proyecto de felicidad que duró un año. Lo que a mi realmente me interesó fue la investigación que hizo sobre la palabra y ese estado eludible llamado felicidad.
Rubin separó su proyecto en metas de las que llevaba record cada mes. En particular, me identifiqué con la personalidad de Gretchen que puede llegar a ser meticulosa rayando en lo obsesivo. Lo negativo es que su historia personal no resuena con todos. A veces sus historias se vuelven tediosas y lo peor que pudo haber hecho fue tomar comentarios de su blog y publicarlos en su libro. Pero puedes aprender de sus principios personales que ella se autoimpuso como “lo que es divertido para otros no lo es para mi”. Ella los llamó “12 Commandments & Secrets of Adulthood”.
Tal vez no aplique para todos pero si haces una lista de cosas que debes seguir de acuerdo a quien eres y cosas que has aprendido en tus años por el mundo puedes descubrir diferentes partes de ti y entender que si así lo deseas nunca vas a dejar de crecer.
En mi caso adaptar un “happiness project” no me interesa. Pero eso no quiere decir que no haya aprendido que pequeñas modificaciones en mi comportamiento y mentalidad hacen mi vida más placentera.
La permeabilidad de nuestra mente sólo se modifica hasta donde nosotros le indiquemos. La respuesta a nuestra felicidad no se encuentra en un libro es un proceso interno complicado al que cada quien le impone sus limitaciones. Eso no quiere decir que no puedas tomas consejos que enriquezcan tus metas. Incluso en libros de “autoayuda”.