“Amélie” (Le Fabuleux Destin d’Amélie Poulin) es una de las películas francesas más populares de los últimos tiempos. Aunque no es adorada por todos los franceses por que muestra estereotipos de su cultura en un París idílico que les es desconocido, además de ser una historia fórmula con personajes predecibles que no van a ninguna parte y una protagonista demasiado ingenua.
A mi me resulta una combinación encantadora entre la música con acordeones de Yann Tiersen, la fotografía de Bruno Delbonnel, las locaciones tan típicamente parisinas y su simplicidad, especialmente si soy ajena a la cultura. Esto no significa que mi visión de la cultura francesa se reduzca a esta película pero sí me hace interesarme en ella.
La reacción visceral y/o emocional que el espectador tiene al ver una película simplificándola a sí le gusta o no, depende de que tanto resuena en él. Incluyendo sus gustos personales y experiencia de vida. Así como el crítico Fréderic Bonnaud argumentó que “Amélie” no es una buena película por que te lleva de la mano a lo predecible. No evita mi identificación con el personaje. Sus barreras, soledad, ingenuidad y su manera particular de ver al mundo.
Según Bonnaud, “el encanto de la película está en la trivialidad con la que las masas se pueden relacionar”. A veces la sencillez o la simplicidad hace las cosas más hermosas y no por ello nos convertimos en una muchedumbre que no puede discernir entre colores bonitos y una historia atractiva.
Cuando los críticos son condescendientes con la audiencia o repudian algo que es inmensamente popular es porque su reacción es igualmente visceral a la de alguien que le gustó la obra. A pesar de que ellos tienen una mirada experta (o es lo que esperamos) y brindan una perspectiva interesante al arte, su palabra no es ley. No hay que olvidar que sus argumentos están parcializados por su experiencia de vida y sus gustos son tan válidos como los nuestros.
Así que regocijémonos en la simpleza de una chica tímida que gusta de cosas mundanas y la narración, que a todos nos gustaría tener en nuestra cabeza tratando de ser los héroes de nuestra vida. La historia de “Amélie” puede estar llena de estereotipos a los que podemos ser ajenos o no, pero la película presenta un París de ensueño del que es fácil enamorarse.
Una excelente reseña de una de las películas más simples, encantadoras, idílicas y llenas de fantasía e imaginación. Además de la excelente musicalización por el maravilloso Yann Tiersen. Gracias por una reseña de esta película. Una favorita!!!!
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