El objetivo de (un)titledmx es compartir todo lo que nos gusta y/o apasiona, desde recomendaciones cinematográficas, literarias y musicales hasta cuentos originales pero en esta ocasión haré una excepción con el libro “La verdad sobre el caso Harry Quebert” de Joël Dicker. Justifico mi argumento bajo el consejo del escritor Ray Bradbury, quien dijo que deberíamos leer de todo, buena y mala literatura, por que usualmente se aprende más de la mala que de la buena.
Bestseller puede llegar a ser un término peyorativo que implica algo de moda y de poca calidad. En muchos casos el libro puede no ser tan literariamente meritorio como “Moby Dick” pero es entretenido, a veces el término solamente implica que es un libro muy vendido, pero en el caso de “La verdad sobre el caso Harry Quebert” el significado peyorativo le queda a la medida.
La historia es sobre cómo Marcus Goldman escribe su segundo libro basado en hechos reales. Todo inicia cuando el cuerpo de Nola Kellergan, una adolescente de 15 años desaparecida en 1975, es encontrado en el jardín del mentor de Godlman, el exitoso escritor Harry Quebert. Quien llevaba una relación secreta con Kellergan en el verano del ‘75 cuando el tenía 33 y ella 15. Cada capítulo es precedido por algún consejo que Quebert da Goldman sobre cómo escribir una novela, a veces resultan forzados o irrelevantes para la trama.
Los personajes que rodean el caso de Kellergan son los típicos habitantes de pueblo que cargan con secretos pero Dicker no logra darles una dimensión más allá de la de simplemente ser piezas en el elaborado secreto de la desaparición de Nola. Incluso el personaje de Nola como adolescente desbalanceada es incongruente. La historia trata de ser un thriller pero se hunde en los clichés del género. El autor ha sido comparado con Stieg Larsson (“Los hombres que no amaban a las mujeres”) y con Vladimir Nabokov (“Lolita”), lo cual deja en claro que quienes hicieron la comparación no han leído ni a Larsson ni a Nabokov. Ahora valido la advertencia de Stephen King, quien comentó que cuando un nuevo autor es comparado con otros es por que desafortunadamente no tiene voz propia.
Pero hablemos un momento de Nola Kellergan, la trama gravita alrededor de su personaje, además de la inmadurez que viene con los 15 años, Nola es una niña obsesiva que raya en lo ridículo. Los habitantes del pueblo de Aurora proyectan sus ideales en ella. Pero el autor la convierte en la mujer servicial sin personalidad, su único horizonte y futuro es Quebert, lo cual la hace dispensable y nada interesante.
El libro es descrito como page-turner por que como lector estás desesperado en saber cómo diablos se va a salir de ésta el autor. La necedad de Dicker de atar cabos sueltos hace de su vuelta de tuerca un desenlace forzado e insatisfactorio. Las reseñas de los usuarios de GoodReads son más sinceras que la del Sunday Book Review del Times. Por esta razón existen los críticos, aunque no nos guste, ellos ayudan a separar lo potencialmente importante del resto. Sam Leith de The Guardian es de los pocos que en su reseña dijo la verdad con la que muchos coincidimos, “So many critics seem to have been knocked on their behinds by Dicker’s novel that I can’t be sure I’m not missing something in the filing what you might call a minority report. They see a masterpiece; I see a completely ordinary, amiably cartoonish and well aerated page-turner that does nothing interesting in literary terms at all.“ Lo único bueno de “La verdad sobre el caso Harry Quebert” es que te enseña lo que debes evitar cuando escribes ficción. Léelo bajo tu propio riesgo, algunas de tus neuronas podrían salir dañadas a causa de los constantes golpes que te darás en la pared cuando descubras que este es el nuevo estándar de calidad de la literatura contemporánea. Haz sido advertido.